Agresión a demanda

¿Qué errores del dueño provocan la agresión del perro hacia otras mascotas?

Si sabemos que nuestro perro no es un cordero cariñoso, muchas veces intentamos prevenir su comportamiento agresivo. Esperando que ataque a un cuadrúpedo que pasa, normalmente tiramos de la correa y la levantamos, dando la orden: «¡No te muevas!» o «¡no permitido!»

Este comportamiento no disminuye la agresión, sino que contribuye a su perpetuación. Al apretar la correa, hacemos que el perro se sienta incómodo y por tanto más peligroso, por lo que reacciona con un ataque a la defensiva. Levantando la correa, el animal levanta la cabeza, por lo que se vuelve agresivo contra su voluntad, lo que incita a otros perros a pelear.
Asimismo, todos los comandos diseñados para prevenir un ataque se vuelven contraproducentes con el tiempo. El perro, a la orden de «no moverse», comienza a gruñir, porque lo escucha cada vez que aparece otro perro cerca. Además, el tono áspero con el que lo entregamos refuerza el ambiente ya de por sí nervioso.

Recuerde que lo haremos mejor recompensando al perro por el comportamiento correcto. Incluso antes de que piense en atacar a otro de cuatro patas, vale la pena distraerlo con una golosina o un juguete, o simplemente huir rápidamente en la dirección opuesta, llamándolo con voz alegre. Por lo tanto, tenemos la oportunidad de cambiar las malas asociaciones del perro con sus parientes. Después de un tiempo, nuestro barrio, al ver a otro de cuatro patas, ciertamente nos mirará, como diciendo: “¡No corrí tras él! ¡Pido un premio! «