Cereza de perro. ¿Puede un perro comer cerezas?

Las cerezas son una fruta excepcionalmente sabrosa que asociamos con el calor del verano y las vacaciones. ¿Se pueden encontrar también en la dieta de un perro?

Amarillas, rojas, casi negras, agridulces … Hay muchas variedades de cerezas, ¡así que hasta los niños y adultos más exigentes las adorarán! Contienen muchos beneficios para la salud debido a su contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes. Por lo tanto, estas frutas son un bocadillo sabroso y saludable, así como un delicioso complemento para varios postres. ¿Se pueden dar estas frutas a un perro?

¿Puede un perro comer melocotones?

Los melocotones para perros son frutas extremadamente dulces que, con su sabor único, seducen no solo a niños y adultos.

¿Qué contienen las cerezas?

Las cerezas son pequeños frutos que crecen en los árboles, cuya pulpa está oculta por un hueso duro y relativamente grande. Contienen principalmente agua (82%), carbohidratos (12,8%), fibra (2%) y trazas de proteínas y grasas. Como resultado, 100 g de cerezas contienen solo alrededor de 60 kcal. Estas frutas también contienen una serie de beneficios para la salud como vitaminas B, vitamina C, potasio y yodo, que tienen un efecto positivo en el funcionamiento de todo el organismo. En su carne también encontramos quercetina con propiedades antialérgicas y antiinflamatorias. Las frutas de cereza también tienen un efecto diurético, que tiene un efecto positivo en el sistema urinario. También contienen muchos antioxidantes valiosos que ralentizan el proceso de envejecimiento y neutralizan los radicales libres dañinos. Estas frutas se recomiendan no solo para las personas que padecen úlceras de estómago: las frutas dulces y difíciles de digerir permanecen en el estómago durante mucho tiempo.

¿Puede un perro comer cerezas?

La pulpa y la piel de las cerezas no contienen compuestos tóxicos o dañinos para el perro. Estas frutas son una buena fuente de fibra dietética para perros para mejorar la función intestinal y vitamina C, que tiene un efecto positivo en la salud urinaria. Sin embargo, debes recordar que las cerezas contienen huesos grandes, duros y difíciles de digerir. Comer demasiadas frutas junto con el hueso puede provocar malestar estomacal e incluso bloqueo de los intestinos de su perro. Las semillas de cereza son especialmente peligrosas para un perro después de ser masticadas. Sus bordes afilados pueden dañar el tracto digestivo de su mascota y provocar una hemorragia interna. Por lo tanto, si queremos tratar a un perro con cerezas, ¡primero debemos quitarle los huesos!