El contrato es la base

Debido a nuestra situación de vida, decidimos devolver el perro. Desafortunadamente, no hemos comprobado lo suficiente al nuevo propietario. Resultó que, en lugar de caer en buenas manos, la mascota probablemente terminó con un comerciante de perros. ¿Podemos hacerle responsable?

Legalmente, cuando donó a su perro, hizo una donación: la propiedad fue transferida. De acuerdo con el art. 893 del Código Civil de la Federación de Rusia, «el donante puede imponer al receptor la obligación de realizar una acción o inacción específica …».

Desafortunadamente, para ejercer sus derechos de manera efectiva, necesitará una prueba de que el contrato se celebró bajo ciertas condiciones. Dicha evidencia puede ser, por ejemplo, un contrato escrito que defina claramente las obligaciones impuestas al destinatario. La referencia a las conclusiones orales no da prácticamente ninguna esperanza de ganar la disputa. Como resultado, el destinatario se convierte en el dueño del perro y puede transferir libremente este derecho a otras personas (incluso mediante la venta).

Este incidente desagradable es otro recordatorio de que incluso en asuntos aparentemente mundanos, es bueno concluir los contratos por escrito. Entonces podremos evitar malentendidos con respecto al contenido del acuerdo celebrado, y en caso de violación de sus disposiciones, recibiremos la prueba de la corona de nuestro derecho.