Enfermedades de los refugios

Un perro con antecedentes desconocidos puede sufrir diversas enfermedades. Por eso es necesario vigilarlo de cerca.

Por lo general, se sabe poco sobre el perro que decidimos sacar del refugio para brindarle cuidados cariñosos y un nuevo hogar. Si lo encuentran en la calle, no sabemos prácticamente nada de su pasado. Hay pocas posibilidades de que obtengamos información sobre su salud solo si los dueños anteriores lo transfirieron al refugio. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el perro pudo haber tenido diversas enfermedades, algunas de las cuales aún las padece.

Echa un vistazo a la piel

Al recoger a un perro de un refugio, preste atención a la apariencia de su piel y pelaje; en un perro sano, debe ser brillante y suave. Por supuesto, los refugios de cuatro patas no se verán como sándwiches peinados y pulidos, pero definitivamente podemos reconocer los cambios asociados con las enfermedades.

El cabello opaco y la caspa pueden indicar gusanos o falta de minerales y vitaminas.

Si el pelaje se está adelgazando y en algunas áreas del cuerpo simplemente está ausente, es probable que el perro esté sufriendo de tiña.

El adelgazamiento del cabello en la cara, los ojos, las orejas y la nariz puede indicar demodicosis. A su vez, cuando observamos este síntoma en la región pélvica en la base de la cola, es posible que estemos ante una dermatitis alérgica relacionada con pulgas.

La aparición de acné y espinillas a veces indica una dermatitis secundaria causada por una infección por estafilococos, pus azul o estreptococos.

La picazón en la piel y las lesiones cutáneas inflamadas pueden ser un signo de la presencia de ácaros. Debes recordar que muchas enfermedades de la piel también pueden ser peligrosas para nosotros.

Ver cómo va

La forma en que se mueve el perro también nos dice que algo anda mal con él. Si notamos una marcha tambaleante, desequilibrio, cojera, vale la pena verificar si padece una enfermedad neurológica u ortopédica.

Preste atención si tose y estornuda

Toser, estornudar, conjuntivitis, secreción nasal y ojos pueden indicar que su perro tiene moquillo. Por otro lado, una tos seca persistente que conduce a un reflejo nauseoso puede ser un síntoma de la tos de las perreras, que a menudo se observa en grandes grupos de perros no vacunados. Ambas enfermedades requieren un tratamiento intensivo.

Los signos de deshidratación, es decir, el endurecimiento de los rasgos faciales, los globos oculares rotos, la falta de elasticidad en la piel del cuello del animal y la tinción de las heces alrededor del ano pueden indicar enfermedades como vómitos y diarrea.

La parvovirosis (gastroenteritis hemorrágica viral), la clostridiosis (con un curso similar), la campilobacteriosis, la colibacilosis, el coronavirus y la salmonelosis son comunes en los refugios.

Mira si está lamiendo

Lamerse el ano y andar en trineo suelen ser síntomas de gelificación anal de lombrices o sinusitis perianal.

A su vez, babear por la boca puede indicar problemas con el tracto gastrointestinal o enfermedades de las encías, los dientes y la garganta.

Aletear y frotar las orejas contra objetos suele ser un síntoma de inflamación del canal auditivo. La mayoría de las veces es causada por levaduras, con menos frecuencia, bacterias (estafilococos, estreptococos, bacilos azules), y mucho menos a menudo, sarna. Los tics neurológicos, como los calambres en una pata, el chasquido de los dientes y la captura de moscas invisibles por parte del perro, pueden indicar una forma neurológica de peste, o un historial o una inflamación continua del sistema nervioso central.

No olvide su cartilla de vacunación

El folleto de vacunación que recibimos cuando recogemos un perro de un refugio debe incluir las fechas de desparasitación e información sobre los procedimientos realizados, enfermedades y vacunaciones. Si el perro no ha recibido una lombriz o ha sido vacunado, debe hacerlo.