Guía de sabor de verano

¿Cómo hacer que el verano, a pesar de las altas temperaturas, sea saludable y … delicioso para tu perro?

Todos los perros deben tener acceso constante a agua fresca y limpia, independientemente de la temporada, pero especialmente en verano. Debe recordarse que el agua no se está enfriando, y tampoco se exponga al sol, porque se calentará rápidamente.

Si nuestra mascota está constantemente -o todo el día- en la calle, vale la pena ponerle al menos dos tazones de agua para que siempre pueda beber del que está a la sombra. Esto también es importante porque el agua de uno de los recipientes puede filtrarse o el perro puede derramarla accidentalmente, por lo que no hay riesgo de quedarse sin beber en todo el día.

Perro en camino

En verano, nuestros perros suelen viajar con nosotros en coche. Es mejor si la mascota está con el estómago vacío o un poco lleno (veamos qué es lo mejor para nuestra mascota). Planifica varias paradas para que el perro pueda atender sus necesidades fisiológicas, beber y estirar los huesos.

Y si es propenso a vomitar, póngase un poco de jengibre recién molido en la boca antes de conducir. ¡Debería ayudar!

En verano, la intoxicación alimentaria no es infrecuente, porque a altas temperaturas todos los alimentos se estropean rápidamente, aunque esto es más cierto para los alimentos cocidos y crudos. Por lo tanto, mantenga la comida cocinada durante 2 a 3 días en el refrigerador y retire del tazón las sobras que su perro no haya comido.

Guarde los alimentos secos en un lugar fresco y seco en un recipiente de plástico o metal hermético. En este caso, la comida se mantendrá en forma por más tiempo y no se volverá rancia. Ponga en un tazón todo lo que pueda comer de inmediato.

El problema surge cuando nos vamos de vacaciones. Si se sabe que el animal estará recibiendo un tipo de alimento diferente o un alimento seco diferente al habitual unos cinco días antes, reducimos la dosis del alimento administrado previamente y reemplazamos la pérdida por alimento. nueva comida. Gracias a esto, incluso antes de las vacaciones, se sabrá si los nuevos alimentos causarán diarrea.

Tan pronto como hace más calor, las verduras y las frutas aparecen en nuestras mesas. Algunos de ellos también pueden ser deliciosos bocadillos para un perro, si se sirven en pequeñas cantidades, por supuesto. No existen barreras para darle a su mascota una zanahoria (una fuente de betacaroteno) o una manzana (proporciona energía además de la grasa).

El calabacín hervido o crudo tampoco lo dañará, al igual que las frambuesas y la raíz de apio. Sin embargo, hay que tener cuidado con las fresas, porque pueden provocar alergias, sobre todo si servimos demasiadas fresas. Sin embargo, algunos trozos de esta fruta roja no deberían lastimar a ningún perro.