Malestar primaveral del perro, es decir, parvovirosis y otras enfermedades.

Después de un invierno cálido, durante las caminatas de primavera, debes estar más atento para mantener al perro fuera de peligro.

Las lluvias, que son frecuentes en primavera, y las heladas en ausencia de sol, favorecen a las bacterias, virus y parásitos. Es por eso que un número excepcionalmente grande de mascotas que padecen infecciones del sistema digestivo acuden a los consultorios veterinarios en esta época del año. Esto generalmente se aplica a los perros curiosos que sienten curiosidad por los residuos orgánicos mientras caminan. Desafortunadamente, la parvovirosis en perros es una enfermedad peligrosa y contagiosa.

Innumerables bacterias

Suele producirse una intoxicación bacteriana (estafilocócica, estreptocócica, salmonelosis, campilobacteriosis y colibacilosis), que puede ser aguda al principio y en ocasiones volverse crónica.

Desafortunadamente, desde hace algún tiempo, cada vez más perros se han infectado con Clostridium dificile y Clostridium perfringens. La enfermedad suele comenzar con un aumento de los vómitos y, después de unas pocas o varias horas, aparece una diarrea aguda con sangrado intenso. A menudo, los síntomas son casi idénticos a los de la parvovirosis. Si existe la sospecha de que se ha producido una infección de este tipo, su veterinario ordenará un examen microbiológico de un frotis rectal y luego prescribirá el tratamiento.

Agua venenosa

Si tenemos un perro de caza o vivimos cerca de un cuerpo de agua, debemos tener en cuenta la posibilidad de contraer leptospirosis. Los sistemas de alcantarillado y alcantarillado, así como los cuerpos de agua estancados: estanques, lagos o prados húmedos (la orina de los animales enfermos entra en ellos desde el suelo) son especialmente peligrosos. Para enfermarse, un perro no necesita beber esa agua, porque la infección puede ocurrir a través de la piel dañada e incluso a través de la conjuntiva o la mucosa nasal.

Si el agua contaminada ha dañado a nuestra mascota, podemos observar fiebre, falta de apetito y depresión. Pronto aparecen nuevos síntomas: vómitos y diarrea, la orina se vuelve marrón. Además, se produce ictericia, que se manifiesta por un fuerte coloración amarillenta de la conjuntiva y la mucosa oral, y posteriormente en toda la piel. La atención veterinaria tardía, la deshidratación progresiva, la fiebre y la insuficiencia orgánica pueden provocar coma, que suele ser mortal.

La parvovirosis es un virus que vive para siempre

Los virus también sobreviven más de lo habitual en primavera. Por ejemplo, la parvovirosis ataca con mayor frecuencia en primavera y verano. La infección se produce principalmente a través del sistema digestivo y por contacto con las heces. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a los perros propensos a comerlos (la llamada coprofagia).

La parvovirosis se manifiesta por vómitos persistentes. Dado que el perro inicialmente vomita comida, el dueño puede confundirla con indigestión. Después de aproximadamente un día, se acompañan de diarrea intensa, al principio gris, luego a menudo con sangre (los animales que no sangran tienen más posibilidades de sobrevivir). Los vómitos y la diarrea durante varias horas provocan una deshidratación grave. Los perros enfermos son muy débiles, se acuestan y no reaccionan a su entorno. La deshidratación progresiva se manifiesta por pérdida de elasticidad de la piel, opacidad y caída del cabello. Las membranas mucosas están pálidas. Por supuesto, cuanto antes reciba atención médica el animal, mayores serán las posibilidades de que lo rescaten.

Para problemas recurrentes con el tracto gastrointestinal, vale la pena realizar una prueba de heces para detectar parásitos intestinales, así como una prueba para determinar la actividad de la tripsina en las heces. Le permite diagnosticar otra causa de diarrea persistente: insuficiencia pancreática exocrina. Si se hace tal diagnóstico, el problema se resolverá con una dieta adecuada y tomando píldoras con la enzima faltante durante las comidas.