Pan de perro. ¿Puede un perro comer pan?

El pan no es una parte natural de la dieta de un perro. ¡Pero casi todos los animales de cuatro patas están locos por eso! ¿Puede un perro comer pan sin miedo?

¿Cómo sería el desayuno sin pan? El pan crujiente es la mejor base para sándwiches caseros, además de un excelente complemento para sopas y salsas. A nuestros alumnos de cuatro patas también les gusta especialmente este tipo de pan. ¿Puede un perro comer pan? ¿O tal vez una merienda así es mala para él?

¿De qué está hecho el pan?

Los ingredientes principales del pan son harina de trigo o centeno, agua, sal y levadura o masa madre. Por lo tanto, un pan de trigo típico tiene un 45% de carbohidratos. También contiene pequeñas cantidades de proteínas, grasas y aproximadamente un 1% de fibra; se puede encontrar más de este ingrediente en los panes integrales. El azúcar, la glucosa y los espesantes también se utilizan a veces en la producción masiva de pan. La masa de pan también puede contener aditivos como semillas de lino, girasol o calabaza, ciruelas pasas, tomates, aceitunas, cebollas … El pan puede ser tan variado que todos, independientemente de la dieta, encontrarán la variedad adecuada. ¿Y las mascotas? ¿Puede un perro comer pan? ¿Y cuál será el más saludable para él?

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Todo lo que necesitas saber sobre los perros.

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¿Puede un perro comer pan?

El pan sin aditivos nocivos para los perros, como cebollas o pasas, no es tóxico para los perros. Sin embargo, debe recordarse que el pan es casi exclusivamente carbohidratos. Su gran cantidad en la dieta puede afectar negativamente la salud y el peso del depredador de cuatro patas. Sin embargo, darle a tu mascota un pequeño trozo de pan de vez en cuando no le hará daño. Siempre que, por supuesto, el perro no sea alérgico al grano o al gluten. Sin embargo, ¡la masa de pan cruda no debe servirse a una mascota! La levadura activa que contiene puede causar no solo flatulencias desagradables y dolor abdominal, sino también una intoxicación grave, cuyos síntomas son convulsiones, trastornos neurológicos e incluso coma.

Si queremos compartir un bocadillo con el perro, debemos fijarnos en sus otros ingredientes. El queso, el jamón, la mantequilla y el requesón pueden tener un alto contenido de sal y grasa y pueden provocar vómitos o diarrea. El pan seco en sí no tiene ningún valor para una mascota, aparte de un alto contenido calórico y una pequeña cantidad de fibra. Si queremos enriquecer la dieta de nuestra mascota con fibra, por ejemplo, debido al estreñimiento frecuente, vale la pena elegir una fuente diferente de este ingrediente. Las verduras, que contienen muchas vitaminas y antioxidantes además de fibra dietética, son una buena alternativa.