Siups y dedos de los pies

En el número anterior escribimos sobre el salto del segundo perro, en esta ocasión mostraremos cómo se puede utilizar eficazmente la tendencia de salto de un diestro de cuatro patas.

Saltando en su lugar
Este truco es muy fácil de aprender. No solo es apto para mascotas con problemas de espalda. Muéstrele a su perro una golosina o un juguete en el techo. Si salta hacia él, marca el momento con un clic o elogia y dale una recompensa. Repite el ejercicio varias veces. Si el perro rebota maravillosamente cada vez, comience a pronunciar una orden como «¡pipí!» (para distinguir esto de «saltos», que significa otra cosa). En las siguientes etapas, puede rechazar la seducción con una golosina, de modo que el animal salte sobre una mano extendida (comando óptico) en combinación con un comando verbal. Una vez que domine esto, intente cancelar el comando óptico para que comience a saltar ante la palabra «shu».

Ir a la nariz
Otra variación de este truco consiste en saltar cuando el perro toca al guía con la nariz. Es posible que tenga la tentación de estudiarlo sin siquiera ejecutar el comando. Cuando un perro toca un objeto con la nariz o la pata, esto se conoce comúnmente como apuntar. El clicker se recomienda especialmente para aprender a segmentar, ya que requiere una precisión muy alta en la elección de comportamientos que serán recompensados. Lo mismo ocurre con aprender a apuntar a tu nariz. Primero, siéntese lo suficientemente bajo para que el perro lo alcance. Inclínate ligeramente, quizás bésalo, si esto hace que el perro acerque su boca a tu cara. Cuando lo haga, presione y recompénselo inmediatamente. Repite esto para tratar de recompensar esos momentos en los que la nariz de tu perro se acerca a la tuya. Para algunas mascotas, esto puede funcionar la primera vez, mientras que otras pueden requerir más repeticiones. Tan pronto como se toque la nariz, repita esto durante una docena de sesiones durante varias sesiones. Si el perro está apuntando a tu nariz todo el tiempo sin dudarlo, puedes empezar a escribir un comando verbal, por ejemplo, «nariz» (antes esto no tenía sentido, porque las palabras no significan nada para el perro, además, podría equivocarse asociaciones, sin entender lo que quieres decir). Recuerde que la orden debe darse antes de que el perro realice el ejercicio, a más tardar durante y nunca después. Tan pronto como comprenda bien el comando de «nariz» y quiera llevarlo a cabo, comience a complicar el ejercicio, enderezándose cada vez más. Al final, para poder tocarte la nariz, tendrá que pararse sobre sus patas traseras y finalmente saltar. Aconsejamos a los fabricantes de gafas que se quiten las gafas, porque los perros no siempre son capaces de apuntar con precisión la nariz a la nariz del guía …