¿Tu perro no quiere jugar? ¡Mira cómo cambiarlo!

La diversión no es solo una prerrogativa de un cachorro. ¡A los perros adultos también les encanta! Si su perro no quiere jugar, definitivamente tiene una razón para ello.

Jugar con su perro es una excelente manera de vincularse con su perro. Sin embargo, no todos los cuadrúpedos querrán tirar del tablero o perseguir la pelota. ¿Qué pasa si el perro no quiere jugar o de repente ha perdido interés en tales actividades?

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¿Por qué el perro no quiere jugar?

Puede haber muchas razones para la renuencia a jugar a las mascotas. La mayoría de las veces, ¡los propios educadores son los culpables de este problema! La falta de ganas de jugar, correr tras la pelota o persecuciones despreocupadas con otros perros también puede ser uno de los primeros síntomas de diversas enfermedades en los perros que aún disfrutan de tales actividades. ¡Aquí están las razones más comunes por las que un perro no juega!

El momento equivocado

No todos los momentos son agradables. Es posible que una mascota no sienta esto si solo está olfateando para caminar, cansada después de un ejercicio intenso o preparándose para tomar una siesta. Una mascota más sensible no estará interesada en divertirse si está experimentando un estrés severo asociado con mudarse a un nuevo lugar, reparaciones ruidosas de los vecinos o una tormenta inminente. Si no encuentras el momento adecuado para jugar y tu mascota no tiene problemas para proteger los recursos, no se agita demasiado ni destruye juguetes, puedes darle unas pelotas y tirones en casa y esperar a que te traiga. , demostrando que ahora mismo quiere divertirse.

Entretenimiento incorrecto

Para que el perro juegue con nosotros, esta actividad debe darle placer. Inclinándose sobre el perro mientras le da una sacudida, repitiendo constantemente «¡suelte!» y al no permitir que el perro gane, puede disuadirlo de hacerlo. Algunos animales de cuatro patas más delicados no querrán jugar con una persona cruel y persistente que golpeará y acariciará demasiado a la mascota durante las payasadas. Por tanto, si queremos complacer a nuestra mascota y animarle a jugar juntos, debemos adaptarnos a sus preferencias.

Enfermedad y dolor

El juego es una de esas actividades que sin duda requiere de una mascota para sentirse bien y de buen humor. ¡Tampoco queremos perder el tiempo cuando hoy es solo un mal día! Un perro que nos hace jugar, tira de nosotros y alegremente menea la cola a otro de cuatro patas probablemente lo esté haciendo muy bien. La apatía y la falta de voluntad para jugar con un perro previamente juguetón pueden ser síntomas de dolor o debilidad experimentados por el animal. La pérdida de interés en el juego también puede deberse a la vejez y al dolor articular asociado. Debe recordarse que no todas las enfermedades dan síntomas evidentes de inmediato. Por tanto, si nuestro perro de repente no quiere jugar, debemos pensar si está bien. En caso de duda, ¡lo mejor es llevarlo al veterinario!