Un perro que lee la mente. ¿Tienes telepatía canina?

No creía en la telepatía canina. Pero recientemente me pasó una historia extraña.

Todo comenzó un día de primavera con un entrenamiento de obediencia. El soñador, un joven Schnauzer gigante, aprendió rápidamente qué «sentarse», «bajar», «pararse», «yo». Después de varias lecciones, no solo reaccionó inmediatamente a los comandos, ¡sino que incluso los alcanzó!

Su modelo Martha solo tuvo que pensar en «sentarse», y el perro se sentó antes de que ella pronunciara una palabra. Lo mismo sucedió con otros equipos. ¡El perro acaba de leer los pensamientos de su dueño!

Este truco del Soñador causó sensación.

Los amantes de los perros acudieron al adiestramiento para verlo con sus propios ojos. Y lo demostró frente a entrenadores, conductistas, criadores. Los participantes acordaron el orden de los comandos que el perro debía leer telepáticamente.

Por lo general, la secuencia consta de comandos como «sentarse», «abajo», «ponerse de pie», ejecutados en un orden diferente. Martha se mantuvo a cierta distancia del perro y pensó en la primera orden que iba a adivinar.

Cuando hizo esto, ella pensó en otra cosa.

El perro casi nunca se equivocaba. Incluso cuando Martha estaba a unos metros de él, podía leer su mente. La telepatía del perro parecía la única explicación.

Sin embargo, antes de que se convocara la conferencia de prensa y los medios informaran sobre las habilidades sobrenaturales del perro, sucedió algo para evitar la vergüenza. Hacía más frío y Martha se puso un suéter.

¡De repente, el perro ha perdido la capacidad de leer la mente!

El asunto se volvió aún más interesante. Dado que las habilidades del perro se reanudaron cuando el dueño se quitó el suéter, sabíamos que el suéter y la telepatía del Soñador debían fusionarse de alguna manera. Empezamos a mirar más de cerca a la perra mientras pensaba mucho en la orden de sentarse.

Luego, inconscientemente tensó los músculos de su antebrazo, como cuando quería hacer un gesto indicando esta orden (la llamada orden óptica). El perro miró a su guía, notando estas leves contracciones de los músculos, y reaccionó como si fuera una orden óptica.

Fue una experiencia increíble.

Nos mostró que aunque un perro no puede leer la mente, busca las pistas más pequeñas para decirnos qué espera el guía de él. Hemos aprendido que incluso los gestos casi imperceptibles son suficientes para que un perro sepa qué hacer.

Tus perros también buscan señales de tus intenciones o expectativas. Ahora ya sabes cómo sabrán Rexio, Aza o Fafik cuando salgas de la ciudad y cuando vayas al veterinario. Les informa usted mismo, sin siquiera saberlo.