¿Una filosofía de vida según un perro? ¡No filosofes!

La filosofía de un perro no es complicada. Por eso debemos aprenderlo y usarlo.

Esta es la filosofía de vida de un perro y sus cuatro principios. ¿Listo para conocerlos?

1. El olor te dirá la verdad

No nos damos cuenta de lo pobres que somos en olfato cuando tratamos de seguirle el paso al perro. Sin embargo, le negamos la capacidad de olfatear a cada paso. No te muevas, no mires, no seas tímido y ven aquí. Me pregunto cómo sabe lo de las galletas en su bolsillo y por qué el perro sabe primero que el mensajero acaba de llegar.

Quizás algún día la ciencia examine la mente del perro con suficiente detalle para que comprendamos, al menos parcialmente, cuánto puede leer un perro de su olor. Los humanos usamos colores, palabras y conceptos. Llamamos emociones y el perro simplemente las siente. Literalmente. Dividimos a los perros en grandes, pequeños, de pura raza y tímidos, observándolos y su comportamiento. El mensaje dejado en la hierba cercana es suficiente para el perro.

2. Aquí y ahora importa

La filosofía del perro es simple porque se reduce al presente. El mañana puede que no sea así, el mañana está muy lejos. Y ayer no importa. Los zapatos mordidos son cosa del pasado, la cena de mañana es un futuro lejano. Este momento importa. Y la alegría de esto no se ve ahogada por el miedo al mañana o la ansiedad de anteayer. Ahora siempre está sucediendo, y debes concentrarte en ello, porque solo eso es seguro.

3. Repite lo que es beneficioso

Hacemos de todo. «Nosotros» significa todos los organismos vivos. Pero fueron los perros los que obtuvieron el trozo de animales que se podía cortar en salchichas, una taza de crema o un huevo duro. Y es correcto.

Porque en la vida tienes que intentarlo, incluso si la probabilidad es solo de centésimas de porcentaje. En lugar de pensar en lo que hubiera pasado si no nos hubiéramos quedado sin determinación. Debemos aprender esta filosofía de nuestros perros.

4. La filosofía es una pérdida de tiempo

Esto es lo que es, no lo que podría ser. Simplemente vive y disfruta la vida. No te preocupes, filosofa y no crees escenarios negros en tu cabeza. Hay suficientes razones para centrarse en ellos. El olor a hierba después de la lluvia en primavera, hojas coloridas en otoño, calor del sol en verano, polvo blanco en invierno. Un estómago lleno después de la cena, una cama blanda para descansar, un techo sobre la cabeza y una mano acariciadora. Vida fácil. Y nosotros mismos creamos dificultades.

Así que no le preguntes ni abrazas a tu filósofo canino. Y olvídate de robar galletas, ladrar a un vecino o una pierna mordida fuera de la mesa. ¡No te detengas ahí!